martes, 26 de febrero de 2013

Maratón Popular de Madrid 2012


Nunca voy al médico, a nada, en mi historial aparecen 5 visitas en 7 años: 2 por alergia, una por un orzuelo, una para que me pusieran la vacuna de la varicela porque mi hijo menor se encontraba fatal por dicha enfermedad y me entró paranoia por el contagio; y otra por un dolor estomacal.

Pero esta vez fui al médico. Y no porque todo el mundo me lo dijera ya que en este aspecto soy sordo selectivo, vamos que no hago ni puto caso, sino que me preocupaba la situación. Me mandaron del médico de cabecera al especialista de traumatología, pero ya el médico de cabecera me lo adelantó “tendrán que hacerte una resonancia pero esto va a ser menisco”. Como iba para largo, y me quedaba una semana para el Maratón, decidí trotar un poco los días previos, con algo de dolor y no muy convencido.

Y llegó el gran día. Me enfundé una rodillera que hacía mucho tiempo que no usaba y me lie la manta a la cabeza. La idea era finalizar más que acabar en un tiempo concreto, ese fue mi objetivo todo el rato. No obstante, todo corredor aspira a mejorar sus marcas, a hacerlo bien, se fija sus propios objetivos y da lo máximo para alcanzarlos. Cada uno a su nivel por supuesto.


Recorrido Maratón Madrid

Tras la salida hay un momento muy emocionante, casi tanto como la propia salida, que es cuando la carrera se divide en el Santiago Bernabeú. Aquí los de la camiseta verde se van a por sus diez kilometrazos. Y por el otro, unos valientes de azul que atacan un maratón. La ovación de los de verde a los de azul hace que se te pongan todos los pelos de punta, pero la ovación que les hacemos nosotros te pone toda la piel de gallina. Unos kilómetros más adelante veo a mi mujer Mónica, corre unos metros junto a nosotros gritándonos y animándonos. Me da muchos ánimos y me dice que me ve muy bien. Espero que tenga razón. A mí verla me ha dado mucho subidón. Más tarde no me puede ver llegar a meta por otros motivos pero ahí ha estado ella buscándome como una posesa durante un huevo de tiempo.

En la salida junto a Cano, Fer y Santi


Finalmente mi hermano Miguel no pudo participar porque se rompió el cuerno posterior del menisco interno unas semanas antes. Eso sí, como un buen campeón nos animó a Santi y a mí en el km 9, en el 22, en el 32 saliendo de la Casa de Campo, aquí no le esperaba y me emocioné como un niño chico, y finalmente en la línea de meta.

Mi idea era acabar cerca de las 4h30, algo más de 6 min/km, y hasta la mitad del recorrido iba bien ya que pasamos en 2h07 el Medio Maratón. Bajamos muy bien las cuestas del Parque del Oeste y enfilamos la Avenida de Valladolid. Al final de ésta, justo en el km 25, quedé con mi amigo Rafael Calama, que había corrido justo el domingo anterior el Maratón de Paris en un tiempo increíble de 3h30, logrando su objetivo y una marca extraordinaria. Entramos en la Casa de Campo y en la primera subida hacia el Lago me paro, le digo a Santi que tire, que él va muy bien, yo iba a fastidiarle la carrera. Al agotamiento que me llegó de repente, se unió un dolor insufrible en la rodilla que no me permitía dar zancadas corriendo. Le dije a Rafa que lo sentía, que hacerle venir para esto era una putada, una cosa es correr y otra muy distinta pasear en medio de un maratón.

La Casa de Campo se me atragantó… y mucho, porque entras en el km 25 y no sales hasta el 32. Y si encima lo haces en plan CA-CO, es decir, Caminando-Corriendo pues se te hace eterno. Y lo peor de todo era que no podía ni física ni mentalmente. Estaba agotado y el puñetero dolor de la rodilla me impedía correr bien. Gracias a Rafa conseguí metro a metro, zancada a zancada, salir de ese infierno. Justo en la salida de la Casa de Campo estaba mi hermano Miguel con la family (Yoli, Pablete y Gabi), la verdad es que el subidón fue enorme. Estas cosas cuando haces algo tan duro animan mucho, Rafa me dijo que se me había notado, y aguanté corriendo hasta que llegamos a la cuesta de la calle Segovia. Otra vez a caminar :-(

Yo quería terminar como fuera, de rodillas si era necesario, pero terminar. Así que corría 500 metros y andaba otros tantos, poco a poco iba llegando a la meta, que no puede ser más puñetera ya que desde el río Manzanares hasta el Parque del Retiro es todo subida. El Maratón de Madrid tiene fama de ser uno de los más duros porque son toboganes constantes y por los últimos kilómetros que son cuesta arriba. Era tal mi estado que fui incapaz de correr nada durante los km 39, 40 y 41, solamente cuando entramos en el Retiro pude lograrlo. Enfilé la recta de meta, mi amigo Rafa se salió por un lateral corriendo y dándome ánimos. Rafa lo que hiciste es muy grande, si no es por ti me cojo el metro en la Casa de Campo. En serio, hubiera abandonado allí.

Altimetría Maratón Madrid

Me quedan 500 metros, acelero, resoplo, jadeo, hago lo que puedo. Una vez más, ahí está mi hermano Miguel con la tropa, me gritan, les veo, les saludo con la mano… y acelero, lo que puedo claro. 300 metros, 200, el hito de los 42 km, no queda nada, sólo 195 metros. Se me hacen eternos, cojo aire, esprinto (supongo que sería más bien un trote cochinero), pienso en mi mujer, en los niños, en lo que estoy consiguiendo, era mi objetivo este año y lo estoy logrando. Me emociono, noto que los ojos se me empañan, casi no puedo respirar, ni nada más, estoy exhausto. Justo cuando entro en meta levanto los brazos y grito “SI, SI, SI”. Por vosotros!!! Lo hice - I did it!!!

Último esfuerzo

El tiempo es lo de menos, y nunca mejor dicho, ya que entro en meta en 4h54. Un desastre pero lo he logrado, he finalizado mi primer maratón. Allí mismo, en los metros que hay desde meta hasta los guardarropas voy pensando en ello, prácticamente no puedo avanzar, no sé hacia dónde dirigirme, como unos plátanos, bebo algo isotónico, todo en plan autómata, la cabeza no me da para nada más. Reboso paz interior, calma, sosiego y me voy deshinchando como un globo hasta quedarme vacío. Lo he logrado. He llegado a meta. He participado en un Maratón. No puedo decir que haya corrido un Maratón pero sí que he participado en un Maratón y que he llegado a meta. Objetivo cumplido. Yujuuuu!!!

"SI, SI, SI"

Después de acabar el Maratón Popular de Madrid 2012 me confirmaron que el dolor se debía a una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda, la temporada 2012 decía adiós y yo empezaba todos los pasos para operarme, cosa que finalmente hice en septiembre.

Después de meta con mi hermano Miguel y Santi